Pinza construída por la unión de tres palos de madera, de la que cuelgan pelos que nacen a mitad del cuerpo de esta.
Representa la acción contraria a la función real de las pinzas de depilar; los pelos atrapan a la pinza y no a la inversa.
Siguiendo la estética de los elementos naturales (madera y pelo) utilizada en los otros trabajos, alude a la naturalidad del vello humano y se contrapone al material del que están hechos estos objetos en la realidad.
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